Luis Fortunato Iglesias, conocido como “EL MAESTRO IGLESIAS”, nació en 1915 en Tristán Suárez, provincia de Buenos Aires. Desde sus inicios en la tarea docente se resistió a las imposiciones de los gobiernos de facto imperantes y comenzó a pensar y aplicar nuevos modelos de enseñanza, utilizando una metodología donde la Escuela era aula, taller y comunidad. La idea central fue expresada por él con estas palabras: “enseñar y aprender con el auxilio de todos los medios que ayuden a resolver bien, sin desvirtuar la insustituible riqueza de los esfuerzos que el trabajo de la mente humana requiere. No se enseña a estudiar en la Escuela si no se enseña a pensar. Todos los instrumentos de la clase, del taller y de la comunidad, por modestos que sean, toda la tarea que se realice sea la que fuere la modalidad empleada o sus combinaciones infinitas, no deben olvidar su objetivo básico: enseñar”.

“De una escuela desnuda y mustia, en un proceso de inventiva e ingenio, sin costos, pasamos a construir con ellos una escuela provista y alegre, casi diríamos jubilosa, serenamente jubilosa: una escuela de puertas abiertas, con libros, juegos, música, cine y vida cálida, como tiene que ser una escuela común para niños comunes, para que cada uno, cada niño, transite su propio derecho a crecer, aprender y crear, como niño.”

Por la fuerza de sus convicciones y su rebeldía, fue asignado, como castigo por el gobierno conservador, a la Escuela Rural Nº 11 de Tristán Suárez, donde transformó esa situación en una hermosa experiencia, modelo para toda América Latina y en la que durante 20 años trabajó como maestro único. Su compromiso pedagógico y su posicionamiento como humanista y socialista, enfrentado a las ideas conservadoras imperantes, lo llevaron al exilio.

En el año 1958 fue uno de los docentes que capacitaron a los maestros convocados por la UNESCO y el entonces Consejo Nacional de Educación, en el Hogar Escuela Nº 11 de Ezeiza, entre los cuales se encontraban quienes son los fundadores de nuestra Asociación de Maestros Rurales Argentinos.

Fue docente universitario, inspector de Educación, designado en México Secretario de la Asamblea Mundial de Educación, Consejero General de Educación en la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires. Asesor de Educación en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Fundador y Codirector del periódico “Educación Popular. Adjunto en el Instituto Pedagógico de Latinoamérica.

Dictó cursos, talleres, conferencias, sobre “Trabajo Creativo del Docente Rural”, “Organización y didáctica de la escuela rural”.

Su infatigable acción fue desarrollada dentro y fuera del país, en el periodismo, en libros, en foros y tribunas donde alzó su prédica para esclarecer y orientar al Magisterio.

Se destacan sus obras: “La Escuela Rural Unitaria (1957), “Didáctica de la libre expresión (1980)”, y “Aprendizaje vivencial de la lectoescritura (1987)”.

Fue distinguido con innumerables premios en el ámbito internacional y local.

En el año 1984, con la vuelta a la democracia, recibe el Premio Nacional de Ciencias de la Educación, otorgado por la Subsecretaría de Cultura y Educación. En 1985 recibe el Premio Aníbal Ponce, destacándose su labor intelectual, y su compromiso pedagógico y democrático.

Luis F. Iglesias fue un maestro transgresor y superador de la tarea docente. Su propuesta pedagógica se basaba en la confianza absoluta en las posibilidades que otorgaba la Escuela como institución educativa. Le dio un valor liberador a la lectura y a la escritura, y en su extensa vida como educador manifestó un enorme compromiso social con niños de sectores desfavorecidos. Formó parte de un movimiento que abogaba por un aprendizaje activo, personalizado y libre.

--> Inauguración de la biblioteca Maestro Iglesias

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