37mo Encuentro Nacional de A.M.R.A Enero de 2016 Armstrong Santa Fe |
Lita Firpo, Silvia Michelli, Dolly Gómez, Héctor Calderón, Fernando Rompato y Elvira Valeriano
Armstrong, 24 de enero del 2016 Los docentes reunidos en el Trigésimo Séptimo Encuentro Nacional de Maestros Rurales Argentinos, realizado en la ciudad de Armstrong, departamento Belgrano, provincia de Santa Fe, reunidos desde el 18 al 24 de enero del 2016, con asistencia de la delegaciones de las provincias de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Río Negro, Salta y Santa Fe, cumplimos con los objetivos de nuestra asociación: compartir experiencias educativas, propiciar el perfeccionamiento continuo, realizar estos encuentros anualmente y difundir sus resultados. A continuación presentamos las Conclusiones elaboradas por los docentes presentes en el Encuentro: A partir del análisis del Anexo de la Resolución 109/10 del Consejo Federal de Educación, coincidimos en que existen problemáticas que requieren de política educativa especialmente diseñadas para la ruralidad, a saber: “dificultades históricas para lograr la atención intersectorial sostenida a las poblaciones que habitan espacios alejados de ciudades o pueblos; insuficiente cobertura de los niveles del sistema previamente no obligatorios; y carencia de respuestas educativas situadas que atiendan las necesidades y posibilidades de cada territorio, reconociendo sus particularidades” . Resulta para nosotros un primer acompañamiento el reconocimiento de la necesidad de someter a revisión y debate las decisiones para generar acciones destinadas a las escuelas rurales, para hacer visibles a las poblaciones históricamente postergadas y para reconocer también sus potencialidades a través de un trabajo crítico y en conjunto entre los actores y el Estado. En cuanto a la organización de la escuela rural La organización de la escuela rural debería ser más flexible, ya que es muy diverso y cambiante el contexto rural. No hablamos de las mismas realidades cuando nos referimos a escuelas rurales de montaña de Mendoza o cuando pensamos en las de la Puna; tampoco presentan las mismas condiciones las escuelas de llanura de Buenos Aires que las del Chaco; no es lo mismo una escuela rural de personal único, que una de organización completa y mayor matrícula, o que una escuela con albergue o con jornada extendida o simple. Desde los Ministerios suelen hacerse generalizaciones que no colaboran a una organización óptima en cada escuela. Los cambios desde el Estado, si bien se dan, son muy lentos. Esto hace que los docentes estemos en continuo reclamo. En Mendoza, por ejemplo, aún no está aprobada una Ley Provincial de Educación, por lo tanto se siguen directivas generales que muchas veces no se acomodan a las necesidades de cada escuela de la provincia. Las nuevas familias y nuevas infancias deben estar acompañadas de nuevas formas de organizar la educación rural. Para esto creemos indispensable que se nos consulte a los actores, en vez de tener que encontrarnos con decisiones de e specialistas teóricos que muchas veces no conocen el contexto para el cual están trabajando. El espacio generado por el Programa Nacional de Formación Permanente podría ser utilizado para esto. Es necesario revisar la organización de cada escuela, como se plantea en el Anexo de la Resolución 109/10, ya que no en todos los sitios es favorable. El caso de escuelas con personal único, por ejemplo, en las que el maestro es también director, nunca es óptima. No se puede atender a lo pedagógico, comunitario, lo interinstitucional, las gestiones de la escuela y lo administrativo, y ofrecer a la vez calidad educativa. Para mejorar nuestra oferta educativa, son indispensables los espacios de intercambio con otras escuelas rurales, como nos brinda la Capacitación Permanente Nuestra Escuela, pero en algunos sitios los docentes están convocados a trabajar solos o en escuelas a las que asisten únicamente docentes de instituciones urbanas. De esta manera, no se aprovecha al máximo la potencialidad del intercambio. Para el desempeño diario y la calidad educativa, todas las escuelas rurales necesitamos también docentes de áreas especiales. En algunas provincias, como Córdoba, Santa Fe, Salta y Corrientes no en todas las escuelas hay, o son muy insuficientes. En otras provincias, los cargos de docentes especiales son compartidos por más de una institución y, si bien esto hace más espaciadas las llegadas, quizás es la manera de empezar a resolver esta falencia en aquellas escuelas que no tienen nada. Durante la semana de este Encuentro de Maestros Rurales pudimos vivenciar a través de la realización de un mural colectivo y desde un taller de expresión corporal, cómo, desde un área especial como la expresión plástica o a través del movimiento con otro, se logra un nivel de integración que muchas veces no se alcanza desde otros enfoques curriculares. La educación física, artística y corporal deben estar presentes en todas las escuelas rurales para asegurarnos brindar a nuestros alumnos una educación de calidad, equidad y completa, que contemple todas las necesidades de un niño. La literatura también se convierte en una llegada a los niños, no desde el territorio de las certezas, sino desde el lugar de la duda. Es indispensable reforzar el disfrute por la literatura y por todas las expresiones artísticas, porque no todos los alumnos pueden entrar a la educación formal por el mismo camino. Esta diversidad necesaria de puertas de entrada debe estar garantizada por docentes con formaciones y miradas diversas. Por otro lado, en algunas escuelas rurales, el docente de Nivel Primario atiende también el Nivel Inicial. Esto va en contra de la calidad y la especificidad educativa que cada alumno de cada nivel necesita y merece. En Corrientes, por ejemplo, se necesita un mínimo de 15 alumnos para abrir una sala de Nivel Inicial. Consideramos que si hay en la zona 5 ó 6 niños que están en edad de ingresar a ese nivel, debería abrirse una sala para ellos con un docente del nivel, en la ruralidad. Y si son menos deben arbitrarse los medios para que puedan asistir a otra escuela cercana. Y en caso de no existir una escuela cercana, como es el caso de instituciones muy aisladas, así exista un alumno que necesita esa oferta educativa obligatoria, debe resolverse la apertura de la sala con el docente correspondiente, porque la Ley Nacional de Educación exige derecho para todos, y el Estado debe garantizarlo. En cuanto a la modalidad que predomina en la escuela rural, el trabajo multinivel es una fortaleza, porque en la heterogeneidad se aprenden valores como el respeto, la paciencia y la voluntad. La diversidad no debe ser un problema sino una realidad a partir de la cual el docente debe hacer surgir potencialidades y construir conocimientos y valores entre todos. Los agrupamientos de escuelas son muy positivos siempre y cuando haya recursos para generar reuniones de los docentes para el intercambio y apoyo mutuo. Son concebidos como unidades para ámbito de aplicación de alternativas de trabajo conjunto, pero como en algunas provincias -como Buenos Aires, Mendoza y Chaco- no se trabaja por agrupamientos, desaparecen las fortalezas y potencialidades expresadas en el Anexo 109/10. A su vez, creemos que la organización de los agrupamientos debería revisarse y deberían volver a plantearse los criterios de conformación de los mismos; para ello es indispensable realizar consultas a los actores. Para concretar reuniones entre docentes, suele ser el agrupamiento un recurso interesante para el intercambio, aunque no es sencilla la reunión de alumnos por agrupamientos porque se presentan muchas dificultades para resolver el traslado. En cuanto a este intercambio indispensable, la Capacitación Permanente Nuestra Escuela podría dar mejores resultados si se trabajara por agrupamientos. En las zonas en las que se pudo trabajar de esta manera, también los Supervisores pudieron hacer sus valiosos aportes. Es el caso del centro de Santa Fe, en donde, si bien no estaba previsto, se permitió a los grupos de docentes rurales que lo solicitaron, reunirse a trabajar en las jornadas de Escuela Abierta. En muchos casos, las reuniones de docentes rurales deben hacerse también con docentes urbanos, entonces las discusiones de lo verdaderamente rural quedan a la espera de un próximo encuentro, porque los docentes que se desempeñan en ámbitos urbanos suelen ser mayoría y se tratan temas referidos a sus problemáticas que, en muchos casos, no tienen nada que ver con las nuestras. Consideramos que los Supervisores deberían también considerar en su agenda a los agrupamientos. A su vez acordamos en que debería existir la figura del Supervisor Rural: un docente que haya trabajado en la modalidad para que verdaderamente pueda asesorar, orientar y apoyar la tarea docente, en vez de solicitar únicamente el cumplimiento de aspectos administrativos. En cuanto a la obligatoriedad en los distintos los niveles de educación, ésta no se cumple en su totalidad por diferentes razones. El Nivel Secundario, si bien se fue implementando de a poco desde la aprobación de la Ley de Educación Nacional, en la zona rural se presentan serios problemas con los transportes. En otros casos, las familias necesitan que los adolescentes colaboren con los trabajos y eso impide que puedan estudiar. Además, en parajes muy alejados los niños no hacen el secundario. Sería necesario un seguimiento del Estado a alumnos y padres. Además es requisito fundamental para acompañar la obligatoriedad que el Estado exige, que este mismo realice una mayor inversión en los caminos -que a veces son intransitables- como así también en infraestructura. No todas las escuelas cuentan con el apoyo de una Cooperadora. El mantenimiento y las mejoras edilicias son el punto de partida para poder brindar un espacio adecuado al noble objetivo de enseñar y aprender. En Santa Fe, el Plan “Vuelvo a estudiar” permite en muchos casos la continuidad y la culminación de los estudios. En cuanto al acompañamiento al docente rural: recursos, capacitación, supervisión Reconocemos que PROMER envía regularmente materiales y brinda capacitaciones. Consideramos que debería hacerse también regularmente una revisión de las características de cada escuela o centro rural (matrícula, perfil de los alumnos, necesidades particulares de cada escuela) para que lo que brinda el Programa de Mejora de Escuelas Rurales sea aprovechado al máximo. A veces llegan materiales muy ricos a escuelas que ya no tienen matrícula y a veces no es sencillo reasignarlos. También creemos que las acciones de PROMER deben ser evaluadas permanentemente antes de tomar nuevas decisiones. El derecho a la educación debe ser para todos y en algunos casos, como no se consulta a los actores, los programas envían recursos pero de de manera discontinua o poco coherente. Debemos evitar que llegue a una escuela lo que necesita otra. Si bien hay materiales y recursos que llegan a todas las escuelas en mayor o menor medida, no nos sentimos tan acompañados desde el punto de vista humano. Toda actividad humana es social; una sociedad no es la suma de acciones individuales. Y en la diversidad está la mayor riqueza. A causa de esta convicción, en nuestras escuelas rurales se realizan proyectos de intercambio cultural entre diferentes instituciones educativas, como el proyecto “Lazos” realizado entre la Escuela Primaria N° 27, Paraje 30 de Diciembre, Bolívar, Buenos Aires, y la Escuela N° 4456 de Poscaya, Salta. O el Proyecto “Formación y participación de los saberes del docente rural en las Ciencias Naturales”, propiciado entre la Universidad Nacional de Jujuy, el Instituto de Educación Superior N° 3 de San Salvador de Jujuy y las Escuelas Primarias N° 60 y 328 del Departamento de Humahuaca. Estos tipos de proyectos posibilitan a las escuelas rurales trabajar en redes según el contexto para acompañarse en el fortalecimiento pedagógico, respetando la identidad socio cultural. Necesitamos que estos proyectos interinstitucionales sean apoyados y posibilitados por el Estado porque generan un gran enriquecimiento cultural. En cuanto a las capacitaciones, específicamente el Postítulo en Educación Rural, lo valoramos porque fue un espacio que nos permitió el intercambio. Sostenemos que podrían mejorarse algunos aspectos como los siguientes: que los capacitadores tengan algún conocimiento de la ruralidad y del trabajo pedagógico multinivel; y que no sea una capacitación dirigida únicamente a docentes titulares, ya que muchos maestros se desempeñan como reemplazantes de larga duración y desean capacitarse. En la mayoría de los casos las capacitaciones son brindadas por docentes de nivel terciario. Sin desmerecer sus conocimientos y capacidades, creemos que deberían estar acompañados por actores de la educación rural. El postítulo, que más allá de sus posibles mejoras, consideramos valioso, no se implementó en todas las provincias. Por ejemplo, no existe en Buenos Aires. Y en otras quedó inconcluso, sin cierre, o los docentes no recibieron la certificación correspondiente. Consideramos que este postítulo debería continuar dictándose. La capacitación permanente de Nuestra Escuela quizás debería revisar la sobreexigencia que significa para los directivos. Tal vez se deberían pensar algunos aspectos de la misma para que todos podamos aprovecharla mejor. A su vez, el trabajo del coordinador es muy importante en estos encuentros para que el intercambio dé los mejores resultados. La capacitación grupal permite la construcción del aprendizaje. Todos aprendemos de todos, fortalecemos la autoestima y trabajamos colaborativamente. En cuando al acompañamiento en casos de alumnos con necesidades educativas especiales, si bien hay zonas donde esta realidad se contempla, todavía queda mucho camino por recorrer. Cuando se nos presentan casos de niños con alguna capacidad diferente, necesitamos acompañamiento especializado, incluso cuando tengamos sólo un alumno con determinadas características, ya que la calidad debe ser para todos, no para todos menos uno. La escuela rural generalmente es la única posibilidad de educación de ese alumno y merece ser atendido como corresponde. En muchos casos, nos encontramos trabajando solos. Los docentes que integran algún alumno con capacidades diferentes deben ser acompañados desde el Estado para resguardar la condición de sujeto de derecho del alumno. Somos conscientes de nuestras limitaciones y de que nuestra formación no alcanza para cubrir todas las necesidades. También es necesario el acompañamiento en escuelas donde asisten alumnos de pueblos originarios para que se brinde educación intercultural y bilingüe, para evitar que esa cultura tan rica y tan nuestra quede sólo en los ámbitos familiares. A su vez, y de manera especial, necesitamos el acompañamiento pedagógico del Supervisor. De lo contrario, los recursos materiales y humanos que están en las escuelas rurales a veces no son aprovechados al máximo. Una sola persona no puede ver todas las posibilidades que pueden ver otros. En los profesorados aparece el Seminario de Educación Rural que es anual o cuatrimestral en algunas provincias. Esta realidad muestra fehacientemente cuál es el lugar poco visible que la ruralidad ocupa para quienes diseñan los planes de estudio. El multinivel, el trabajo en plurigrado no es una realidad única del ámbito rural, sino que se presenta en cada aula de nuestro país. Por ese motivo, creemos que debe ser un pilar en la formación de base para cualquier futuro docente que deberá trabajar con niños diversos y heterogéneos. Consideraciones finales Estamos convencidos de que algunas de las carencias y necesidades que se plantean en la Resolución 109/10 son necesidades reales. A veces los docentes rurales, acostumbrados a cierto postergamiento, tendemos a resolver la falta de algunos recursos utilizando otros. Pero en realidad, para poder brindar igualdad y calidad necesitamos todos los recursos, no algunos, para utilizar en cada caso, en cada proceso de aprendizaje, el recurso más apropiado. A modo de ejemplo, hemos escuchado en muchas oportunidades que se da por sentado que los alumnos cuentan con conectividad para trabajar. En muchísimas escuelas rurales esta condición no está dada aún. Y si bien es cierto que pueden investigar, leer o intercambiar con otros recursos, la oferta educativa de calidad que el Estado nos exige a los docentes, también se logra si ese alumno puede investigar, leer e intercambiar a través de un libro, pero también de internet. Sabemos de la importancia de generar en nuestros alumnos el pensamiento propio, dejar que construyan y de-construyan sus conocimientos e ideas las veces que cada uno necesite. Si creemos que no debemos ponernos en el lugar del saber, si queremos que el niño dé a luz su propia palabra, la variedad de recursos es i mprescindible y favorable. Consideramos que la educación rural tiene muchas fortalezas y se han alcanzado muchos objetivos. Es necesario el trabajo continuo y la reflexión para continuar mejorando la calidad educativa de la modalidad rural. Para ello es indispensable el acompañamiento del Estado y que se nos consulte a los actores acerca de las necesidades, así como que se nos reconozca como fuente de conocimiento y experiencia válida para otros colegas. Sugerimos que se inicie el diálogo en cada provincia y ponemos a disposición la guía que hemos utilizado en este Encuentro de Maestros Rurales, para el análisis y reflexión de la Resolución 109/10 y de todas las variadas realidades y contextos rurales, pudiendo esta guía readecuarse a las necesidades de debate de cada zona. La formación del docente con la capacidad de reflexionar y pensar diferentes posibilidades sobre un mismo tema, hará posible una educación para niños, adolescentes y adultos comprometidos y libres, ciudadanos que puedan elegir y participar, considerando siempre a la Educación como el camino a la libertad y la superación personal. Desde esta Asociación Nacional de Maestros Rurales, ponemos a disposición de los Ministerios de Educación de todo el país, especialmente de las provincias participantes, las Conclusiones que, a modo de aportes, solicitamos se consideren para optimizar la inclusión y la calidad educativa con equidad en la educación rural.
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